Exmandatario colombiano pretende desligarse de su jefe de seguridad
JORGE CHÁVEZ MORALES
Al general colombiano Mauricio Santoyo, exdirector de Seguridad
del también expresidente Álvaro Uribe Veléz, en Estados Unidos (EE. UU.), le
dieron un “coquito” para que hablara de sus nexos con los paramilitares y
narcotraficantes, y cien para que se callara. Ahora, mientras él negocia con
los agentes federales la reducción de su condena, su exjefe, aquel que dijo
que no intervino militarmente en Venezuela porque “le faltó tiempo”, tiembla.
Y no es para menos. Santoyo, un general de la policía en situación de retiro, personal de su más extrema confianza, se declaró culpable ante el Tribunal Federal del Distrito Este de Virginia en EE.UU, de conspirar para proveer apoyo material y recursos a las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), entre 2001 y 2008.
Santoyo fue acusado, el pasado 24 de mayo, por un gran jurado en suelo estadounidense por supuestos vínculos con el tráfico de estupefacientes.
El Fiscal del Tribunal Federal, Neil H.MacBride, dijo, en esa oportunidad, que: “Esta importante acusación responsabiliza a un individuo malhechor que abandonó su deber de proteger a los colombianos para servir a sus propios intereses y a los de los traficantes de drogas y terroristas”Pero en Colombia, y gran parte del continente suramericano, es otra la percepción sobre la responsabilidad de Santoyo en esos presuntos delitos y la que pudiera alcanzar a Uribe Vélez, toda vez que el general era personal de su entorno más cercano, tanto así, que formó parte de su primer gobierno como Jefe de Seguridad Presidencial.
Y no es para menos. Santoyo, un general de la policía en situación de retiro, personal de su más extrema confianza, se declaró culpable ante el Tribunal Federal del Distrito Este de Virginia en EE.UU, de conspirar para proveer apoyo material y recursos a las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), entre 2001 y 2008.
Santoyo fue acusado, el pasado 24 de mayo, por un gran jurado en suelo estadounidense por supuestos vínculos con el tráfico de estupefacientes.
El Fiscal del Tribunal Federal, Neil H.MacBride, dijo, en esa oportunidad, que: “Esta importante acusación responsabiliza a un individuo malhechor que abandonó su deber de proteger a los colombianos para servir a sus propios intereses y a los de los traficantes de drogas y terroristas”Pero en Colombia, y gran parte del continente suramericano, es otra la percepción sobre la responsabilidad de Santoyo en esos presuntos delitos y la que pudiera alcanzar a Uribe Vélez, toda vez que el general era personal de su entorno más cercano, tanto así, que formó parte de su primer gobierno como Jefe de Seguridad Presidencial.
Mientras Santoyo permaneció en Colombia, y se
conocía del requerimiento de la justicia de EE. UU. a su persona, trató de
sortear, a cualquier precio, esa solicitud. Se percató que no podría hacerlo y
decidió contarlo todo, absolutamente todo, con tal de salvar el pellejo.
En una declaración escrita, Santoyo admitió
haber aceptado sobornos de miembros de las AUC a cambio de información sobre
las operaciones en curso de aplicación de leyes y otros tipos de asistencia,
que permitieron a las AUC participar en actos terroristas y facilitar su
actividad en el tráfico de estupefacientes.
Además, admitió haber proporcionado información
confidencial sobre ordenes de captura y de detenciones en contra de los
líderes de esas organizaciones terroristas, en las que se incluían algunas operaciones
de la Dirección Antidrogas Estadounidense (DEA), así como de la realización
de escuchas telefónicas no autorizadas, entre muchas otras cosas más.
“Debido a una ardua labor y a la cooperación de
la Administración de Control de Drogas y la Policía Nacional de Colombia, hemos
sido capaces de llevar esta investigación y el enjuiciamiento a una conclusión
exitosa”, añadió el Fiscal Neil H.MacBride, cuando hizo público los motivos de
la detención de Santoyo.
DEDO PARAMILITAR
La investigación contra el ex jefe de seguridad de Uribe Vélez comenzó
luego que tres jefes de las AUC, que cumplen condena en EE.UU. como
extraditados, Salvatore Mancuso, Juan Carlos “El Tuso” Sierra y Carlos Mario
Jiménez “Macaco”, declararon sobre los nexos con el entonces jefe policial.
El general retirado se enfrenta a una pena mínima de 10 años de
prisión y a una máxima de 15 cuando sea sentenciado el próximo 30 de
noviembre.
AMORES DE VIEJA
DATA
La
relación entre Santoyo y Uribe comenzó en 1995, cuando éste formaba parte de
la Unidad Antisecuestros de la Policía Colombiana (GAULA). Tras muchas reuniones
y conversaciones, Uribe lo nombró como jefe de seguridad mientras él era
candidato presidencial en su primer período.
Una vez que el candidato se convirtió en Presidente de Colombia,
fue nombrado como jefe de Seguridad Presidencial, en el período de Gobierno
(2002-2006).
Durante su segundo mandato, Santoyo se mantuvo siempre cerca de
Uribe, aunque no ostentó cargo alguno, debido a una denuncia de la fiscalía
que lo pasó a situación de retiro obligado.
MUERTES POR
DELACIÓN
Cuando Santoyo dirigía el Gaula desplegó un intenso espionaje
mediante interceptaciones ilegales a los teléfonos de líderes de los derechos
humanos que luego fueron desaparecidos por las autodefensas de “Don Berna”.
Igual es autor del exterminio de la familia Usuga, uno de cuyos miembros es
parte de la guerrilla de las Farc en Uraba.
Su relación con la poderosa organización narcoparamilitar “Oficina
de Envigado”, que concentraba a la delincuencia de Medellín y Antioquia, lo
transformó en un jefe temido, puesto que en esa organización, participaban,
narcos, pistoleros, policías, jueces, generales del Ejército, jueces, magistrados,
senadores, empresarios, terratenientes, dueños de periódicos y algunos altos
representantes de la Iglesia Católica.
Desde su posición privilegiada, Santoyo proporcionaba a los paramilitares
datos clasificados sobre el lugar de residencia y movimiento de diversos
dirigentes sindicales de izquierda y representantes de organizaciones no
gubernamentales (ONG).
Cuando esto ocurría, al poco tiempo estos dirigentes aparecían
muertos, asesinados con terribles huellas de torturas.
Este general, quien además es un audaz empresario de la panela en el pueblo de Barbosa, y próspero exportador de alimentos a diversos países, vio crecer su fortuna gracias al denominado Plan Colombia, que era sustentado con millones de dólares provenientes de EE.UU. y la Unión europea, para supuestamente luchar en contra del narcotráfico.
El Plan Colombia proveyó a ese país un total de siete mil millones 557 millones de dólares, de los cuales, EE.UU. aportó mil 574, Europa mil 250 y Colombia -a través de créditos no reembolsables-cuatro mil.
Santoyo en 2003 ordenó que se hicieran intercepciones telefónicas a mil 880 personas, entre 1997 y 1999, muchas de las cuales aparecieron muertas posteriormente. Por ese motivo, fue pasado a retiro en 2006, siendo coronel.
Ese mismo año, el Consejo de Estado, ordenó la suspensión de esa sanción pero no su reintegro. Sin embargo, luego que el alto efectivo castrense interpusiera una demanda en contra del Estado por más de 200 millones de dólares, fue restituido a la actividad y ascendido a general.
En esa oportunidad, es decir el cinco de diciembre de 2007, 50 senadores colombianos votaron a favor de su ascenso, mientras que sólo nueve lo hicieron en contra.
Uno de los magistrados que actuó para apoyar su reingreso a la Policía Nacional de Colombia, fue el hoy procurador Alejandro Ordóñez, quien habría obrado ilegalmente a favor de Santoyo
Este general, quien además es un audaz empresario de la panela en el pueblo de Barbosa, y próspero exportador de alimentos a diversos países, vio crecer su fortuna gracias al denominado Plan Colombia, que era sustentado con millones de dólares provenientes de EE.UU. y la Unión europea, para supuestamente luchar en contra del narcotráfico.
El Plan Colombia proveyó a ese país un total de siete mil millones 557 millones de dólares, de los cuales, EE.UU. aportó mil 574, Europa mil 250 y Colombia -a través de créditos no reembolsables-cuatro mil.
Santoyo en 2003 ordenó que se hicieran intercepciones telefónicas a mil 880 personas, entre 1997 y 1999, muchas de las cuales aparecieron muertas posteriormente. Por ese motivo, fue pasado a retiro en 2006, siendo coronel.
Ese mismo año, el Consejo de Estado, ordenó la suspensión de esa sanción pero no su reintegro. Sin embargo, luego que el alto efectivo castrense interpusiera una demanda en contra del Estado por más de 200 millones de dólares, fue restituido a la actividad y ascendido a general.
En esa oportunidad, es decir el cinco de diciembre de 2007, 50 senadores colombianos votaron a favor de su ascenso, mientras que sólo nueve lo hicieron en contra.
Uno de los magistrados que actuó para apoyar su reingreso a la Policía Nacional de Colombia, fue el hoy procurador Alejandro Ordóñez, quien habría obrado ilegalmente a favor de Santoyo
PARAPOLÍTICA LO
APOYÓ
Entre los 50 senadores que apoyaron en ese entonces el ascenso se encuentran los expresidente del Senado Miguel Pinedo Vidal (Cambio Radical, condenado por nexos con paramilitares); Javier Cáceres (Cambio Radical, condenado por parapolítica); Nancy Patricia Gutiérrez (Cambio Radical, quien fue investigada por presuntos nexos con paramilitares y absuelta en el caso de las “chuzadas” del DAS); Hernán Andrade (Partido Conservador, investigado por presuntas irregularidades en la administración de bienes de la DNE); Luis Humberto Gómez Gallo (Partido Conservador, capturado por parapolítica); Dilian Francisca Toro (La U, investigada por presunto lavado de activos).
En la lista de parlamentarios también se certifica que votaron por Santoyo senadores con líos judiciales como Humberto de Jesús Builes (Cambio Radical, detenido por parapolítica); Iván Díaz Mateus (Partido Conservador, capturado por violar régimen de inhabilidades); el fallecido Ricardo Elcure Chacón (Colombia Democrática, investigado por parapolítica y heredero de la curul de Mario Uribe); Guillermo Gaviria Zapata (P. Liberal, capturado por parapolítica); Ciro Ramírez (partido Conservador, expresidente del partido y capturado por parapolítica. Primero en proponer la reelección de Uribe en 2004); Óscar Suárez Mira (Alas, capturado por parapolítica); Rubén Darío Quintero (Cambio Radical, pagó condena por nexos con el jefe paramilitar alias ‘El Alemán’ parapolítica); Zulema Jattin (La U, investigada por parapolítica y con casa por cárcel); Óscar Josué Reyes (Convergencia Ciudadana, condenado por parapolítica); Adriana Gutiérrez (La U, quien renunció a su investidura como congresista ante investigaciones por parapolítica, de las cuales fue absuelta).
Entre los que también aprobaron el ascenso de Santoyo está Jorge Visbal Martelo, del partido de La U, quien fue nombrado por el presidente Santos en la embajada de Colombia en Perú, cargo al que renunció por la orden de detención en su contra dictada por la Fiscalía, también por presuntos nexos con paramilitares.
Entre los 50 senadores que apoyaron en ese entonces el ascenso se encuentran los expresidente del Senado Miguel Pinedo Vidal (Cambio Radical, condenado por nexos con paramilitares); Javier Cáceres (Cambio Radical, condenado por parapolítica); Nancy Patricia Gutiérrez (Cambio Radical, quien fue investigada por presuntos nexos con paramilitares y absuelta en el caso de las “chuzadas” del DAS); Hernán Andrade (Partido Conservador, investigado por presuntas irregularidades en la administración de bienes de la DNE); Luis Humberto Gómez Gallo (Partido Conservador, capturado por parapolítica); Dilian Francisca Toro (La U, investigada por presunto lavado de activos).
En la lista de parlamentarios también se certifica que votaron por Santoyo senadores con líos judiciales como Humberto de Jesús Builes (Cambio Radical, detenido por parapolítica); Iván Díaz Mateus (Partido Conservador, capturado por violar régimen de inhabilidades); el fallecido Ricardo Elcure Chacón (Colombia Democrática, investigado por parapolítica y heredero de la curul de Mario Uribe); Guillermo Gaviria Zapata (P. Liberal, capturado por parapolítica); Ciro Ramírez (partido Conservador, expresidente del partido y capturado por parapolítica. Primero en proponer la reelección de Uribe en 2004); Óscar Suárez Mira (Alas, capturado por parapolítica); Rubén Darío Quintero (Cambio Radical, pagó condena por nexos con el jefe paramilitar alias ‘El Alemán’ parapolítica); Zulema Jattin (La U, investigada por parapolítica y con casa por cárcel); Óscar Josué Reyes (Convergencia Ciudadana, condenado por parapolítica); Adriana Gutiérrez (La U, quien renunció a su investidura como congresista ante investigaciones por parapolítica, de las cuales fue absuelta).
Entre los que también aprobaron el ascenso de Santoyo está Jorge Visbal Martelo, del partido de La U, quien fue nombrado por el presidente Santos en la embajada de Colombia en Perú, cargo al que renunció por la orden de detención en su contra dictada por la Fiscalía, también por presuntos nexos con paramilitares.
NADA QUE VER
Ahora, cuando la cancha se le acorta, Uribe se desmarcó totalmente de su hombre de confianza y aseguró que no intercedió para su ascenso, pero que su desempeño como jefe de seguridad “fue bueno”.
Ahora, cuando la cancha se le acorta, Uribe se desmarcó totalmente de su hombre de confianza y aseguró que no intercedió para su ascenso, pero que su desempeño como jefe de seguridad “fue bueno”.
Pero cuando las papas, en verdad, se comenzaron a quemar, Uribe
consideró una “ofensa” a su Gobierno la confesión de su exjefe de seguridad,
De esta forma, Uribe retiró el apoyo brindado a Santoyo, en junio
pasado, cuando un fiscal de la Corte del Distrito Este de Virginia (EE.UU.) le
acusó de haber conspirado para el tráfico de estupefacientes con la red de
sicarios de la Oficina de Envigado, creada en la década de los años ochenta por
el capo Pablo Escobar, y con las disueltas AUC.
Como es su costumbre, Uribe a través del Twitter escribió: “La lucha
contra el terrorismo no puede tener alianzas de representantes de instituciones
con bandidos”, aunque más adelante aclaró que “nuestro apoyo a las Fuerzas Armadas
fue para fortalecer al Estado, nunca para permitir alianzas con criminales”.
Después, identificó su gestión como “el Gobierno que empezó a
combatir y desmontó a los paramilitares” y se defendió: “denuncié
públicamente (visibilicé) bandidos de todas las organizaciones que en
anonimato protegían su impunidad”.
Sectores políticos de izquierda y algunos periodistas dijeron que
Uribe sí había intervenido en la promoción de Santoyo y que éste, contribuyó
en el establecimiento de la relación del entonces presidente con el narcoparamilitarismo.
Además -añadieron- que aparte de Uribe, el actual presidente del
país Juan Manuel Santos, Luis Carlos Restrepo (ex-comisionado de paz de ese
país y hoy prófugo de la justicia) y el exdirector general de la Policía, Óscar
Naranjo, también sabían de lo que hizo Santoyo en su momento.
SOLICITARÁN
EXTRADICIÓN
El presidente de la República, Juan Manuel Santos aseguró que
Santoyo debe ser extraditado a Colombia para responder ante las autoridades,
una vez cumpla la pena que se le aplique en el país norteamericano.
Es un caso muy delicado (...) traicionó a su institución y a su
país”, dijo Santos en su programa ‘En Línea con el Presidente’.
La extradición, según Santos, debe solicitarse por aquellos
delitos por los cuales no sea juzgado en ese país. Además, explicó que solicita
a la Fiscalía y a la Procuraduría que aceleren las investigaciones en su
contra.
“Yo
les pediría que adelantaran y aceleraran esas investigaciones y que cuando
tuvieran las evidencias suficientes, pues imputarán cargos contra este
individuo y cuando pague la pena, que va a pagar en Estados Unidos, hay que pedirlo
en extradición aquí para que nos lo devuelvan y confronte la justicia
colombiana”, puntual
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